Época: Judaísmo
Inicio: Año 1900 A. C.
Fin: Año 2003

Antecedente:
El antiguo reino de Israel



Comentario

En el antiguo reino de Israel se consideraba que el rey era elegido por Yahvé. Representante del reino, era el encargado de renovar una vez más la alianza de Dios con el pueblo israelita. Era, por tanto, un mediador entre Dios y la población, pero no tenía carácter divino, aunque sí participaba en el culto. Puesto que la monarquía era electiva, y no hereditaria, el rey designado no tenía que ser necesariamente el primogénito, pudiendo recaer la elección en cualquiera de sus hijos e incluso ser consagrado en vida de su padre. El ritual de coronación y unción era seguido por todo el pueblo y motivo de grandes festejos.
Entre los funcionarios del rey había numerosos funcionarios, destacando el mayordomo real, el secretario, el visir, el heraldo, el escudero y el general del ejército. Muy próximo al rey estaba un grupo de consejeros, entre cinco y siete, así como un nutrido personal a su servicio, como la escolta real o los llamados "siervos del rey".

Existía también en la corte israelita un harén integrado por las esposas, concubinas e hijas del rey. El harén era además un símbolo de la riqueza y prosperidad del rey y del reino. Dentro del harén, y al igual que ocurría entre los hititas, Mari o Ebla, la reina madre ocupaba un lugar destacado, siendo objeto de deferencias y distinciones que marcaban su alta posición. Es muy posible que, gracias a la entronización de su hijo y como madre de rey, la reina madre tuviera un papel político destacado en la corte.